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Jio sonríe mientras piensa en cómo contarlo...
-Bueno supongo que primero te explicaré excactamente qué es Umbadhum-vuelve a hacer una pausa para empezar la historia desde el principio-Hace muchísimo tiempo, cuando este mundo ni siquiera existía, en algún lugar del multiverso, los Dioses crearon un planeta, ese planeta recivió el nombre de Umbadhum, que significa, "El Primer Mundo", con toda su atención y cariño crearon a millones y millones de razas, muchas más que las que hay aquí, humanoides, y no humanoides. Bueno, el planeta recibió vegetación y la bendición de todos los Dioses. Y así durante millones de años el planeta prosperó bajo la atenta mirada de los Dioses. Pero, todo lo bueno tiene que acabar y como es lógico, los Dioses se cansaron de mirar, y se puede decir, que abandonaron el planeta a su suerte. Fue en ese momento, cuando las razas se dieron cuenta de que nuestras divinidades, nos habían abandonado a nuestra suerte, cuando el mundo entró en un Caos terrible, sin nada en lo que creer, y sin nada que nos guiara, estábamos perdidos. Comenzaron las guerras, algunas razas ansiaban el poder total y la capacidad de controlarnos a todos. Y durante millones de años, Umbadhun fue azotado por lo que denominamos como "La Guerra por la Supremacía de las Razas", hasta que un día los Dragones, que hasta ahora se habían mantenido al margen hasta ahora dijeron, que como ellos eran las criaturas más poderosas, y más cercanas a los Dioses por su poder, la Supremacía era suya, y en ese momento de todas las cuevas oscuras del mundo aparecieron los Shek, serpientes alas gigantes que desde tiempos ancestrales habían rivalizado con los Dragones. Empezó una nueva guerra esta vez había dos bandos: los Dragones y los Shek. Aquella guerra resulto ser más dura dura que la anterior, el planeta había sufrido mucho y ya apenas quedaba vegetación, y mucho menos vida, y vivos...-hace otra pequeña pausa para tomar aire-yo, nací en esa época, bueno, nacer, yo no nací exactamente, yo de pronto existía, no sé como explicarlo, yo no tuve nunca un padre, y tampoco una madre, yo simplemente de repente estaba ahí. Me crié yo solo, sobreviví en esa maldita época de Guerras y maduré antes de lo debido. La Guerra seguía exactamente igual que cuando había comenzado, solo que ahora en aquel mundo, apenas quedaba populación, quedábamos unos pocos, unos pocos cientos, de millones y millones que habíamos habitado el planeta antes. Entonces comenzaron a extenderse unos rumores, que los Dioses habían creado más planetas, que había otros lugares donde vivir en vez de este pozo muerto, más que rumores, eran una manera de trasmitir esperanza a los pocos que aún vivíamos. El único problema, es que no sabíamos como llegar a esos planetas. Fue así, como conocí a Kokoa, sus padres habían muerto a consecuencia de la Gran Guerra, y ella se encontraba sola en el mundo. Así que yo la ayudé y ella decidió venir conmigo. Caminamos durante días y días sin descanso alguno, no comíamos, no había dónde alimentarse, hasta que un buen día ambos nos desplomamos sin fuerza alguna para continuar. Cuando abrimos los ojos, un joven de pelo negro, nos saludo, estaba sentado a nuestro lado, parecía que estábamos en una cueva, él, nos había encontrado, y cuidado. Era un gran chico, amable y bondadoso, se presentó como Zeref, sí, así es como le conocimos. Al parecer, Zeref estaba siendo instruido por un Dragón, ajeno a la Guerra, ese Dragón se llamaba Igneel. Zeref era mayor que nosotros Kokoa y yo teníamos unos 15 y 13 años cuando le conocimos, Zeref ya tendría unos 20 años. Estábamos empezando a conocerle cuando, otro chico entro en la cueva, el chico tendría más o menos nuestra edad, pelo rosa oscuro y vestía de manera muy extraña. Se presentó como Natsu, otro aprendiz de Igneel. Así es como nos conocimos todos, y durante años, nuestra amistad y nuestros lazos se hicieron más fuertes, pero Zeref estaba cambiando, su odio por la Guerra que le había arrebatado todo acrecentaba día a día, hasta que un día como otro cualquiera, Zeref desapareció y no volvimos a saber de él, supongo que le dimos por muerto. Días después, apareció un exterminador en el bando de los Shek, decían que ese ser podía eliminar Dragones con un simple movimiento de su mano. Los Dragones empezaron a caer como moscas, la balanza de la Guerra empezó a inclinarse a favor de los Shek, los Dragones empearon a quedar extintos. Fue entonces cuando los Dragones huyeron de Umbadhum buscando un nuevo refugio. Pero nosotros aún seguíamos en la cueva cuando ese exterminado nos encontró. No era otro que Zeref, nuestro amigo. Pero era completamente diferente, era como si dos Zeref, existieran en uno solo, uno era el Zeref bondadoso que habíamos conocido, y el otro era el Zeref consumido por el odio. Este último nos atacó sin miramientos, pero Igneel se interpusó y comenzó una pelea entre ambos. Igneel, cambió de plano y Zeref le siguió, volvimos a quedarnos solos. Nunca supimos cómo terminó ese combate, ni siquiera sabemos si realmente hubo un ganador. Más tarde, descubrí que yo también podía viajar entre planos, así que abandonamos Umbadhum y comenzamos la búsqueda de Igneel y Zeref por todo el multiverso. A Natsu lo dejamos aquí, yo fui a otro lugar, y Kokoa la llevé a otro. Hasta hace poco que nos hemos vuelto a reunir. A todo esto, cuando me has preguntado por la edad, creo que me he equivocado, no tengo 600, tenía 600, cuando abandoné Umbadhum, pero cuando viajas entre planos el tiempo y el espacio cambian, así que tranquilamente ahora podría tener unos 100 000 años.-respira aliviado al terminar la historia, y se espera algo malo por parte de Ayane.
LA HISTORIA ES CONTADA POR JIO CUANDO AYANE LE PREGUNTA POR SU VIDA Y SU RELACIÓN CON ZEREF.
-Bueno supongo que primero te explicaré excactamente qué es Umbadhum-vuelve a hacer una pausa para empezar la historia desde el principio-Hace muchísimo tiempo, cuando este mundo ni siquiera existía, en algún lugar del multiverso, los Dioses crearon un planeta, ese planeta recivió el nombre de Umbadhum, que significa, "El Primer Mundo", con toda su atención y cariño crearon a millones y millones de razas, muchas más que las que hay aquí, humanoides, y no humanoides. Bueno, el planeta recibió vegetación y la bendición de todos los Dioses. Y así durante millones de años el planeta prosperó bajo la atenta mirada de los Dioses. Pero, todo lo bueno tiene que acabar y como es lógico, los Dioses se cansaron de mirar, y se puede decir, que abandonaron el planeta a su suerte. Fue en ese momento, cuando las razas se dieron cuenta de que nuestras divinidades, nos habían abandonado a nuestra suerte, cuando el mundo entró en un Caos terrible, sin nada en lo que creer, y sin nada que nos guiara, estábamos perdidos. Comenzaron las guerras, algunas razas ansiaban el poder total y la capacidad de controlarnos a todos. Y durante millones de años, Umbadhun fue azotado por lo que denominamos como "La Guerra por la Supremacía de las Razas", hasta que un día los Dragones, que hasta ahora se habían mantenido al margen hasta ahora dijeron, que como ellos eran las criaturas más poderosas, y más cercanas a los Dioses por su poder, la Supremacía era suya, y en ese momento de todas las cuevas oscuras del mundo aparecieron los Shek, serpientes alas gigantes que desde tiempos ancestrales habían rivalizado con los Dragones. Empezó una nueva guerra esta vez había dos bandos: los Dragones y los Shek. Aquella guerra resulto ser más dura dura que la anterior, el planeta había sufrido mucho y ya apenas quedaba vegetación, y mucho menos vida, y vivos...-hace otra pequeña pausa para tomar aire-yo, nací en esa época, bueno, nacer, yo no nací exactamente, yo de pronto existía, no sé como explicarlo, yo no tuve nunca un padre, y tampoco una madre, yo simplemente de repente estaba ahí. Me crié yo solo, sobreviví en esa maldita época de Guerras y maduré antes de lo debido. La Guerra seguía exactamente igual que cuando había comenzado, solo que ahora en aquel mundo, apenas quedaba populación, quedábamos unos pocos, unos pocos cientos, de millones y millones que habíamos habitado el planeta antes. Entonces comenzaron a extenderse unos rumores, que los Dioses habían creado más planetas, que había otros lugares donde vivir en vez de este pozo muerto, más que rumores, eran una manera de trasmitir esperanza a los pocos que aún vivíamos. El único problema, es que no sabíamos como llegar a esos planetas. Fue así, como conocí a Kokoa, sus padres habían muerto a consecuencia de la Gran Guerra, y ella se encontraba sola en el mundo. Así que yo la ayudé y ella decidió venir conmigo. Caminamos durante días y días sin descanso alguno, no comíamos, no había dónde alimentarse, hasta que un buen día ambos nos desplomamos sin fuerza alguna para continuar. Cuando abrimos los ojos, un joven de pelo negro, nos saludo, estaba sentado a nuestro lado, parecía que estábamos en una cueva, él, nos había encontrado, y cuidado. Era un gran chico, amable y bondadoso, se presentó como Zeref, sí, así es como le conocimos. Al parecer, Zeref estaba siendo instruido por un Dragón, ajeno a la Guerra, ese Dragón se llamaba Igneel. Zeref era mayor que nosotros Kokoa y yo teníamos unos 15 y 13 años cuando le conocimos, Zeref ya tendría unos 20 años. Estábamos empezando a conocerle cuando, otro chico entro en la cueva, el chico tendría más o menos nuestra edad, pelo rosa oscuro y vestía de manera muy extraña. Se presentó como Natsu, otro aprendiz de Igneel. Así es como nos conocimos todos, y durante años, nuestra amistad y nuestros lazos se hicieron más fuertes, pero Zeref estaba cambiando, su odio por la Guerra que le había arrebatado todo acrecentaba día a día, hasta que un día como otro cualquiera, Zeref desapareció y no volvimos a saber de él, supongo que le dimos por muerto. Días después, apareció un exterminador en el bando de los Shek, decían que ese ser podía eliminar Dragones con un simple movimiento de su mano. Los Dragones empezaron a caer como moscas, la balanza de la Guerra empezó a inclinarse a favor de los Shek, los Dragones empearon a quedar extintos. Fue entonces cuando los Dragones huyeron de Umbadhum buscando un nuevo refugio. Pero nosotros aún seguíamos en la cueva cuando ese exterminado nos encontró. No era otro que Zeref, nuestro amigo. Pero era completamente diferente, era como si dos Zeref, existieran en uno solo, uno era el Zeref bondadoso que habíamos conocido, y el otro era el Zeref consumido por el odio. Este último nos atacó sin miramientos, pero Igneel se interpusó y comenzó una pelea entre ambos. Igneel, cambió de plano y Zeref le siguió, volvimos a quedarnos solos. Nunca supimos cómo terminó ese combate, ni siquiera sabemos si realmente hubo un ganador. Más tarde, descubrí que yo también podía viajar entre planos, así que abandonamos Umbadhum y comenzamos la búsqueda de Igneel y Zeref por todo el multiverso. A Natsu lo dejamos aquí, yo fui a otro lugar, y Kokoa la llevé a otro. Hasta hace poco que nos hemos vuelto a reunir. A todo esto, cuando me has preguntado por la edad, creo que me he equivocado, no tengo 600, tenía 600, cuando abandoné Umbadhum, pero cuando viajas entre planos el tiempo y el espacio cambian, así que tranquilamente ahora podría tener unos 100 000 años.-respira aliviado al terminar la historia, y se espera algo malo por parte de Ayane.
LA HISTORIA ES CONTADA POR JIO CUANDO AYANE LE PREGUNTA POR SU VIDA Y SU RELACIÓN CON ZEREF.